domingo, 21 de agosto de 2011

Kent Brockman y la nueva Cruzada

El telenoticiario de: Kent Brockman y
las olas de terror




Cada vez que Kent Brockman se pone frente a una cámara de televisión para hablar por ejemplo: de los altos índices de obesidad de los niños,[1] del festival  de cine de Springfield,[2] de lo impopular de la ciudad, de los depravados que acosan sexualmente a jóvenes niñeras,[3] o de la ola de robos que afronta el Estado;[4] cada palabra, gesto, acción, cada enfoque de la cámara, cada corte y escena de Brockman, no sólo están influenciados por sus creencias, perjuicios e ideologías personales,[5] sino por la subjetividades de los guionistas, productores, por las políticas del canal, si son liberales / conservadores, demócratas o republicanos, católicos o progresistas y más allá por los patrocinadores del noticiario, por los sistemas económicos, por las presiones gubernamentales, por los ranking de audiencia. La televisión con la capacidad técnica de la inmediatez, invade los hogares, la intimidad y aún más, conquista la imagen sobre la materia, liberando al objeto de su realidad, mostrándonos una verdad, otra verdad que nos hace dudar de la realidad dada, y valiéndose de eso surge esa dualidad discursiva entorno a la información teledirigida, por una parte el moderno mito del telenoticiario aparece o se muestra ante el telespectador como un “Robín Hood” de la información que denuncia los atropellos, desnuda las impurezas del poder; mostrando la única la verdad, señala y denuncia a los individuos que rompen el pacto social, haciendo gala de su imparcialidad; y por otra parte, convierte cualquier acontecimiento en el más litúrgico y rimbombante espectáculo que poco o nada deben envidiar a los show de las Vegas o Broadway con transmisores en vivo, persecuciones al estilo cinematográficos, seguimiento de una noticia durante las 24 horas del día y una completa biografía de cada uno de los protagonistas de cada acción,[6] así los telenoticiarios se convierten en las fábrica sociale de miedo y terror, por ejemplo el Kent Brockman (en los Simpson) recrea la vieja temática de tótem y tabú (prohibición sexual y alimenticia) haciendo de un posible acoso sexual un show, y así aparecen por todos los rincones de la geografía, acosadores de menores, jardineros de colegios voyerista que observan con sus videocámaras a parejas de novios en los parques tras los matorrales, presidentes pidiéndoles una felliation a sus robustas secretarias,[7] actores gay, exdeportistas apuñalando a su esposa y amante por celos[8] o estrellas del pop o del cine descoloridas en medio de escándalos por sus apetitos sexuales incontrolables.[9] Y cuando los medios están sobresaturados de tales “show” noticiosos, se han hecho miles de comentarios, escrito centenares de artículos y libros, se han teledramatizado dichos temas una y otra vez,[10]y millones de dólares han sido movidos, la impresión inicial del escándalo comienza a volverse cotidianidad, el espectáculo pierde colorido, bajando los índices de sintonía. Entonces Kent Brockman magistralmente cambia la temática, y la prohibición alimenticia toma nuevo brillo y color, surge denuncias sobre: los elevados niveles de obesidad en los niños de Springfield,[11] campañas por la prohibición del consumo de azúcar, el noticiario arremete contra Springfield la ciudad más impopular y obesa del hemisferio;[12] olas de epidemias de niñas anoréxicas que generan la puesta en marcha de fisioterapeutas, dietistas, nutricionistas, recreacionistas, médicos y chamanes de la salud que supuestamente le pondrán fin a esos terribles males fruto seguramente de algún espíritu diabólico.

Es decir los noticiarios colocan en moda periódicamente una nueva ola de terror: que va desde violaciones a menores, maremotos de robos callejeros o asesinatos, escándalos de estrellas del pop, corrupción estatal y hasta narcotráfico o terrorismo internacional, de la simple forma como MTV coloca en circulación el último hit de Madonna, pues la verdad gracias a los medios adquiere una forma de espectacularidad, de show, y la parafernalia “notihollywoodesca” que se arman y adornan a su alrededor.

En síntesis la mediática es esa droga que socava la esfera emocional de los sujetos en una era que cambio el cliché posindustrial “el tiempo es oro” por “la información es dólar” en una época del culto a la imagen, a la pornografía del terror. Donde consumo y miedo van de la mano y finalmente concluimos con esta reflexión: acaso hay más terrorismo porque hay más terroristas, o no será que hay más terroristas porque hay más show – noticiosos que los recrean. O al estilo de Humberto Eco, al fin y al cabo los periódicos deben sacar noticias a diario.[13]


[1] Groening, Matt. Los Simpson`s.“Sweets and sour Marge”. Temporada No 13, episodio No 275.
[2] Groening, Matt. Los Simpson`s.“Una estrella estrellada”. Temporada No  6, episodio No 121.
[3] Groening, Matt. Los Simpson`s.“Homero el malo”. Temporada No 6, episodio No 112.
[4] Groening, Matt. Los Simpson`s.”Familia peligrosa”. Temporada No 9, episodio No 183.
[5] Groening, Matt. Los Simpson`s. “Historia de dos ciudades”. Temporada No 12
[6] Groening, Matt. Los Simpson`s.”Homero el malo”  Temporada No 6, episodio No 112.
[7] Recordar el caso del ex – presidente estadounidense Bill Clinton.
[8] Al tn sonado show telenoticioso de los 90. “O.J. Sipmson”.
[9][9][9][9] Juicio del “rey del Po”; Troy McClure “el de talvez me recuerde por películas como...” contrae matrimonio con Selma Bouvier Terwilleger Hutz McClure tía de Bart , por miedo a ser descubierto, ya que le gustaba acariciar “eróticamente” a los peces. Groening, Matt. Los Simpson`s.“Un pez llamado Selma”. Temporada No 7, episodio No. 145.


[10] Op. Cit. Episodio No 112. Homero es acusado por la niñera y feminista universitaria Ashley Grant. Homero es perseguido por las camaras dia y noche,” Dannis Franz” representa a Homero el acosador en el dramatizado “Retrato de un sobador de trasero”. 
[11] Groening, Matt. Los Simpson`s.“Sweets and sour Marge” Temporada Nop 13, episodio No 275.
[12] Ibíd.
[13] Eco, Umberto. Apocalípticos e integrados: ante la cultura de masas. Ed. Lumen, Madrid 1993.

(Parte de: LA SOCIEDAD AL DESNUDO: “Análisis sociológico y antropológico de la sociedad occidental a través de los Simpson´s”  Juan Carlos Alegria Montaño & Manuel Fernando Arce Bejarano & ) (Imagen: MacGroning . LOS SIMPSON´S)

LOS SIMPSON’S Y EL ARTE







"La creación" y "El nacimiento de..". Autor: MacGroning LOS SIMPSON



(Parte de: LA SOCIEDAD AL DESNUDO: “Análisis sociológico y antropológico de la sociedad occidental a través de los Simpson´s”  Manuel Fernando Arce Bejarano & Juan Carlos Alegria Montaño) (Imagen:  MacGroning "LOS SIMPSON)

Hubo un momento en la historia, un resucitar de la “fiesta”, un querer del hombre un ser y escapar del sujeto medieval. Muchos “santos” estaban entretenidos en sus claustros dándose golpes de pecho “por mi culpa, por mi gran culpa”, afincados en su dolor de existir mirando “otra” vida más allá del plano real. No vieron que los dioses antiguos querían “erguirse” otra vez sobre la tierra; dioses del gran Homero, del culto a la estética, a la literatura y a la ciencia; dioses que habitaban en Dante, en Leonardo Da Vinci, en Miguel Ángel, incluso la risa de Rebelais permaneció viva hasta entrado el siglo XVII; sus carcajadas llegaron hasta el culm de este lapso temporal.

La escolástica no vio la fuerza con que se remecieron sus columnas colosales santificadas, llegaba ese gran monstruo lleno de placer y de “locura” en un sentido literal, el “arte” de los clásicos; quiso volver a sonreír cosa que sucedió como sucede en toda rebelión, así como el cristianismo al lograr instaurarse impuso sus armas al apropiarse de las armas de su enemigo, aun cuando el riesgo de que por pelear en el terreno y con todas la herramientas de este último, pudiese confundírsele con él, en tal sentido se tiene la impresión que suele acomodársele al pensamiento medieval, plagado hasta sus cimientos, desde la patristica de aparentes retornos y de extrañas combinaciones: platonismo, neoplatonismo, aristótelismo y averroismo. El mundo del renacimiento tomó lo mejor del “arte” o de la estética clásica; la tierra cobró el sentido de la tierra, de la naturaleza, las montañas dejaron de ser las trincheras de donde se ve la mirada del demonio, la muerte como tema ha sido arrinconada; ahora la Monaliza ríe aunque ironiza con su gesto un mundo biológico olvidado, el hombre se ha hecho humano. Los perfectos cuerpos “sostienen” la capilla sixtina aunque la mirada sumisa de Adán no esconde su desnudez ante el “creador” logró afectar emocional y perceptualmente al hombre y la sociedad renacentista; son las huellas impresas del genio: Leonardo en la creación de Adán y de muchos de sus contemporáneos que infringieron con sus trazos, sus formas el color y sobretodo, otra visión del mundo ocultada bajo lo sátiro y el pensamiento escolástico.

Es el nacimiento de la sociedad moderna, la misma que congeló en un marco la risa gestual, parceló a unos y a otros; llevó las manifestaciones artísticas a una especie de cuadriculas, ella misma se inventó “el arte”. Tal como se conoce en todo el mundo occidentalizado. Queriéndo tomar lo griego, volver a ese mundo hizo una mala lectura de la estética de la magna Grecia. Puso las primeras piedras a un mundo del “arte”, dando paso a lo que más adelante se imprimió como disciplina estética, entonces el arte adquirió estatuto del saber, se volvió ciencia.

Ya el drama de Homero griego no está abierto a un público seducido por la vida, se ha encerrado en recintos, en cámaras para las orquestas sinfónicas y lo dramaturgo, en una palabra, cuestión elitista. Así como el señor Burns, el “aristocrático” de Springfield quiere ser retratado a la manera como la Gioconda fue plasmada por Leonardo a la usanza de reyes y monarcas: Luis XIV, Felipe VIII, etc1. donde los monarcas, principales y reyes buscaban su alma, su grandeza, pero recordemos Marge, la artista frustrada, no porque la ubiquemos en pleno auge del renacimiento cuando las mujeres ni pueden ser pintoras sino que está sumergida en la sociedad capitalista, de consumo efímero y desechable, la sociedad de la silicona, o era de plástico, conserva otros canones sobre la belleza; señor Burns es muy feo para ella retratarle, su prestigio como ganadora del concurso de artistas de Springfield no puede quedar en entredicho, más sin embargo toma otro sentido. Es así, como la imagen adquiere un esnobismo social que se va acrecentando paulatinamente y toma fuerza después del renacimiento, la belleza y lo inteligible como condición de las obras de arte como hoy lo conocemos y que se le adjudica al arte de los antiguos griegos como condición  de la verosimilitud es para Marge un exabrupto, representar tal cual al señor Burns. Es mejor optar por hacer inteligible otros rasgos: hacer ver a “nuestros” héroes nacionales como Napoleón Bonaparte o Simón Bolívar, hombres de poca estatura física como majestuosos e imponentes con sus armaduras, hacer crecer sus cuellos para que sus cabezas deslumbren y no se hundan sobre sus fornidos troncos; visión de perspectiva con su punto de fuga donde el espectador admira y que desde abajo del pedestal se puede desvanecer, al “gran arte” se alza sobre nuestro país y con él, al artista otro artificio de la era moderna convertido en el gran dios creador de la existencia, su sinrazón es la del gran genio.

Marge la creadora, la artista ha logrado capturar los rasgos más humanos del señor Burns, a pesar de enfatizar en lo que éste tiene de más feo; acto político y moral como cualquier asesor de imágenes en una campaña proselitistas por la captación de votos, es lo que se llama “pinceles con alma”2 sin ella proponérselo logró afectar a la población de Springfield.
Groening, Matt. Los Simpson’s. “Pinceles con alma”.  Temporada No 2, episodio No 31.

El renacimiento al darle nacimiento al arte arrastró en parte lo que de estético tenían las sociedades antiguas, medievales y arcaicas; estudio comparativo que realiza Juliane Bandula Días en el arte y lo estético de las culturas. Pero la fuerza que tiene lo estético para el género humano hace que su vivacidad se mantenga en constante dinamismo como en las culturas asiáticas, africanas y latinoamericanas lo que confirma lo inseparable de la vida real de los pueblos y las sociedades; de sus formas de apropiarse religiosa, cultural y ceremonial su definición con la modernidad; por un lado, para los griegos como referente más cercano y los demás pueblos antiguos de donde quiera que se ubiquen y que no les ha llegado la modernidad o su apología civilizadora del todo no ha logrado desdeñar su relación estética con lo que tiene de más cotidiano y más cercanos a su vida, fuera de este no mundo creado por la humanidad occidental. Es precisamente eso que no tienen la estética como un referente, un código que la separe de la acción social, porque al no tener la palabra estética la palabra arte dentro de sus lenguas naturales o sus creaciones simbólicas o lingüísticas, es porque es inmanencia  pura, razón de ser. Se imaginan ustedes a un nativo precolombino sobre el templo del sol construido por los Mayas. Para él sería una incongruencia, para ellos es una verdadera pantonomía su “arte” es decir su estética. Para la sociedad moderna es autonomía; separación de la existencia real y colocado sobre un plano trascendental y más que eso, de las obras de “arte” se hace un goce individual comparado al lujo elitista; el cual sólo acceden los “más civilizados”, productos modelados, sujetos creados a la imagen y semejanza de su dios, el “demócrata capitalista”, el capital.

Aunque en Springfield, el pueblo observa el retrato del señor Burns, esto no ocurre en ninguna capital por moderna que sea, esta “restringido” a un circulo reducido de habitantes que se lanzan cual mariposas, buscando seducción, arrojados al éxtasis que en muy pocas veces se da.

Desde el renacimiento el artista tiene que reflejar la apariencia de las cosas, su similitud. Pero esa apariencia ha de ser en primera instancia creíble, a la vez de su credibilidad, una procedencia de verdad que el mismo artista ha de añadir a esa similitud, es lo verosímil. En ese sentido, representaciones naturalistas, desde los ojos, la mirada que desde su mundo interior y real subjetivo; con sus sensaciones visuales, desplegará sobre el lienzo, sobre las tonadas musicales, sobre la roca de mármol, en fin. Con Leonardo la estructura anatómica, la sensualidad del cuerpo con respecto a la pintura, es decir, lo que el ojo tendrá que ver es esa voz mundana y susurrante que sólo  habla a la mirada, el artista es un voyerista intelectual. La capacidad de Jack (el de los Simpson’s) en su primera obra; la pintura del puma con una mujer sobre su lomo, es ante todo, él no se debe a la verdad (no conceptual), tampoco a la similitud (no desatenta, ni desorientada), es capacidad de reflexión y práctica en el ingrediente artístico, lo figurativo, en este caso concepción de los últimos tiempos.

Ahora desde el renacimiento los temas paisajísticos bodegones, retratos y toda la actividad mimética con la naturaleza abandonan las consideraciones anteriores para meterse en temas más acordes con la sociedad aristocrática, sus épicas, sus opulencias, su arrogancia, en fin, para cambiar de giro lenta y paulatinamente después de la toma de la Bastilla en la revolución francesa.

Desde las revoluciones burguesas: revolución industrial y revolución social, se van perfilando otros factores de consumo donde la actividad estética se aleja cada vez más de lo cotidiano básico para volverse “todos” los objetos antes ritualizados en ceremonias religiosas orgiásticas o saturnalescas de antaño a objetos de consumo diario a alejados de esa función inminente de la esencia de la vida. Es la lógica de la sociedad, o del tercer estado que se tomó el poder y de la cual pertenecemos.

Es un proceso que va amarrado al crecimiento que desde el renacimiento  experimentaron las ciudades europeas y con el avance de la era industrial desde el siglo XIX. Fenómenos que fueron relegados a la actividad estética popular, así como las condiciones de vida y en ese sentido, lo que hoy muchos llama el pseudoarte trivial o producción de adornos (cursilerías), o producción en masa, para una cultura de masa que nuestro siglo XXI conoce como “arte”, o espectáculos artísticos; donde se suman toda una legión de “artistas” que tratan de cualquier manera impresionar o mejor venderles a un público pasivo cada vez más moralizado, buscando seducción. Desde finales del siglo XVIII, es la época de la sátira moral e irónica.


El comic’s como una de las nuevas manifestaciones artisticasde nuestra cultura
 El deporte, nueva arte de las masas

 
Las características de los primeros tiempos del renacimiento era evidentemente mural o frescos que representaban escenas bíblicas que pretenden reflejar los rasgos de sus personajes en formas sencillas y graves: Mosaccio nos provoca sentimientos intuitivos, sus frescos en la capilla Brancacia en la iglesia Florentina de Santa María del Carmen muestra severidad y majestad trágica; Antonio Pasano llamado Pisanello, recrea señoras gentiles, además revestidas de terciopelo y bordados de oro, Gozzolli Benozzo, ejecutó frescos en la capilla del palacio de Cosme Medicis; cortejo de principes y caballeros; Siggorelli representa la resurección, ángeles musculosos hacen sonar las trompetas y el sonido se prolonga a lo lejos sobre la tierra, los muertos recuperan sus formas terrestres y los esqueletos se recubren de carne, es la época del abandono de los temas de la muerte que durante la edad media fue recurrente; aparecen cabezas y piernas esparcidas por el suelo y las calaveras se agitan y renacen; jovenes y doncellas bailan divertidamente y manifiestan su alegría. Confluyen escenas de juicio y de castigo con aspectos agradables de la vida eterna.

El segundo periodo del renacimiento con Leonardo y Rafael sus precursores; tiende hacia lo grandioso y sublime; los retratos de Ovidio, Horacio, Dante rodeado de una multitud de faunos y animales extraños inspirados en el rico tesoro decorativo tan popular. El primer periodo, creía en el carácter, el segundo en la armonía y el tercero en la forma.

Cuan difícil es alejarnos de nuestra era moderna e ir contracorriente del pensamiento tradicional que designa una historia sin fin del arte, consecuentemente con una datación, documentación y una conceptualización de homogeneidad a la hora de escribir una historia del arte, hablando en nombre del saber científico, es decir, las facultades de arte son escuelas de teología que hablan en nombre de un solo dios, el arte ¿acaso no es la creencia en este sólo dios el que fundamentó la historia de un arte único y totalitario? Cuando además es el arte el que creó al artista, una profesión para “exóticos” para un profano su crédito, su tono de condescendencia parecen reposar en presupuestos un tanto arbitrarios, subjetivos, doctrinales, a saber:

1.    Que existen un concepto único del arte a lo largo de las civilizaciones y de las épocas.

2.    Que por lo tanto puede haber una historia única y continua de esa entidad.


3.    Que dicha historia puede ser objeta a su vez de una ciencia autómata y específica...3

Es de sentido común el florecimiento más cercano de la civilización, que lo ha dividido en historias del arte: antiguo, mesopotámico, celta, griego; arte de mesoamérica, Inca, africano, el arte del imperio Bali, en fin también ese periodo destaca a figuras de gran genio es indudable como Leonardo, Miguel ángel Bonarrotti, Van Dyk, Dureno y muchos otros más, pero lo menos importante es si se nombra a otros de otros espacios extraeuropeos, lo interesante es porque se divide la creación estética cuando la relación estética no se puede desligar de la existencia real de la vida de los humanos.
“El majo vestido”  ..". Autor: MacGroning LOS SIMPSON

”El majo desnudo”..". Autor: MacGroning LOS SIMPSON

El arte de la antigüedad, de las demás sociedades, extraeuropeos, es decir, el arte de otros pueblos que no son europeos, incluso el criollismo del “tercer mundo” ponen en una escala valorativa la concepción estética las creaciones de la sociedades ancestrales de arte inferior bajo con respecto al “primer mundo y el segundo mundo” de esfera superior, de allí la trascendencia, en otras palabras, el arte de la modernidad desde el renacimiento hasta muestro días se ha vuelto “espiritual” algo intocable, divinidad omnipresente concepción ornamentalistas de la estética, así como el “arte” producto de la sociedad moderna, el artista también un sujeto “divino” creador, símil de Dios cristiano y en profundidad “santos” de los beatos.


Consagradas al “arte” deben buscar lo verosímil, no la originalidad, esta consagrada a Dios, en sí, la imitación de la obra de Cristo. Ese “loco genial” no debe salirse de los cánones de la razón. Girasoles amarillos no cuadran en el umbral del siglo XIX; Van Got enloqueció, en vida no vendió un solo cuadro, sin embargo sus flores amarillas no pierden de vista el disco dorado que ilumina; hoy se subasta en peso oro que un magnate cuelga en su recinto soslayado porque accedió a la obra del maestro de la oreja rota. Apenas la Europa comenzaba a despertar del letargo y del mito del “arte” y del artista, el romanticismo. Es inobjetable para Van Got que su hermano le consiga un maestro para que aprenda a pintar, así como Jack, el prisionero de la cárcel del Waterville State que pasó seis años encerrado al cual Marge admira por su obra pictórica donde plasma una mujer guerrera sobre un puma que gruñe, él, Jack es víctima del ultraje por Skinner quien se horroriza del mural, este no debe salirse de una marca, es un anormal, bien lo dice su pasado de pirómano. Hay que disciplinarle a pesar de ser un artista su arte, su obra no cuenta. Así como Van Got expresó su fuerza, su energía ambiental en todo lo que plasmaba: nubes en giros infinitos, llamas combustibles, gestos dinámicos, impresionismo. También Skinner debe representar para los niños y habitantes de Springfield algo bonito, decorativo, no lo agresivo: arco iris, mujeres angelicales, caras bonitas, arte moderno , niños jugando, en fin. Aunque este en su contra y ante el asombro de los niños de Springfield que sé desilucionan ante la primera escena; el levantamiento de la tela que cubre al mural y este no es lo esperado, la segunda lo reivindica como gran maestro, es la vanguardia, logra quemar el mural. Los niños sienten la estética, saben de la experiencia sensible, logró conmover, lo que Deleuze llama sobre la obra de arte cuando afecta “es un bloque de sensaciones, es decir, un compuesto de preceptos y de afectos” que es los más importante y lo que realmente se conserva, no su materialidad. Las obras de arte no deben de estar ligadas a cuestiones ornamentales, decorativas, lucrativas, ni de status social, existen en si mismas, no buscan la trascendencia, son ubicuidad, es decir, son arquitectura, morada o casa interior y extrasubjetiva como sucedió con la obra de Jack sin proponérselo. No lo establecido por la modernidad que no entiende el arte de los pueblos arcaicos, antiguos incluso el medieval, por tal razón los teóricos del esteticismo de finales del siglo XIX exclaman a los cuatro vientos la defensa del L’ar Pour L’art. “El aislamiento de los estético en una esfera superior, su independización de las antiguas funcionalidades sociales y culturales orgánicas no fue inmediata y rápida. Al contrario fue un proceso largo contradictorio, acompañado siempre por diversas contra corrientes”.4 De esto podemos decir que el carnaval es una especie de reacción comunitaria que aclama la funcionalidad orgánica y social, pública y tiene todos los rasgos de conmoción de los pueblos medievales hasta muy entrado el renacimiento, más o menos siglo XVII que es donde Michel Foucault ubica el nivel en la formación del pensamiento. Ahora para ilustrar mejor lo que se acaba de reflexionar tomemos unos fragmentos de lo que significa la estética en estos contextos, en las imágenes rebelesianas veamos la primera. El hermano Juan asegura que incluso, que la sombra de campanario de la abadía es fecunda. Esta imagen nos introduce directamente en la lógica grotesca5 de la de ser “depravación” monacal, pues el tema rebaja los límites cuantitativos, cesa de ser él mismo. Las fronteras entre el cuerpo y el mundo se borran uno asiste a una función del mundo exterior y de las cosas. Conviene señalar que el campanario (la torre) es la imagen grotesca corriente para designar el falo (falos construidas por Baco). Todo el contexto que suscita la presente imagen crea la atmósfera que justifica esta transformación grotesca.

Texto de Rebelais: “Esta si que es una mala jugada –(rentre de piques), dijo el monje – bien podría ser ella Proserpina pero ha de faltarle diversión con cualquier cabalgata, ¡por Dios!, así como esta rodeada de monjes, pues un buen obrero mete en su obra toda clase de piezas y materiales. Así me atrape mal de los tarantulados sino las encontráis con el vientre bien cebado a vuestro regreso pues solamente la sombra de un campanario es fecunda”6 con esto se arma una estructura de vida, de la concepción y la existencia, ninguna concepción de moralismo, tampoco se tiene a Proserpina como una reminiscencia antigua como reina de los infiernos, sino como “madre de los diablos” es un personaje que tiene una especie de monerías como las que le toca hacer a Homero Simpson cuando se ve sin suficiente lucro económico, entonces el Señor Burns  ve en el una especie de bufón, es decir, “son personajes de las diablearías medievales” y comporta un matiz topográfico, ya que para el autor los infiernos figura lo “bajo” corporal. Enseguida encontramos un juramento (por Dios) luego una exclamación (que me atrapo...) ligados ambos a lo bajo corporal, en fin, dos metáforas designan el acto del amor, una relacionada a la equitación (sacceda), la otra representada bajo una forma de refrán (“un buen obrero mete en su obra toda clase de piezas”).7 creación social e individual, si se quiere cuerpo y mundo entremezclados,  campanario en falo, “esta es la razón por la cual el campanario de la abadía destronada y luego renovada en la imagen del falo gigante cuya sombra es capaz de fecundar a una mujer, resulta todo menos una exageración caricatural de la depravación monacal. Más bien destrona el conjunto de la abadía, el terreno donde ella se levanta, su falso ideal ascético, su eternidad abstracta y estéril. La sombra del falo que da nacimiento a una nueva vida. De la abadía no quedó sino un ser viviente, el hermano Juan, glotón y bebedor, implacablemente lucido y franco, poderoso, heroicamente audaz, pleno de energía agotable de novedades”6 es la figura constante que en los capítulos de la serie se nos muestra a un Homero Simpson que “desdeña” la razón, sin embargo esta ahí, su mundo es de hamburguesas y cervezas y es capaz de hacer una fiesta en plena capilla del reverendo Alegría o formar su propia religión leyendo revistas pornográficas y fumando puros.9

Si revisamos los frescos de la capilla sixtina, esculturales cuerpos vigorosos sostienen la cúpula; uno invaden la composición de los otros, dos contrafuertes se mezclan con las imágenes pintadas por Leonardo, son los últimos rezagos de este arte pantomímico que no esta excluido de su público, como tampoco las imágenes religiosas que aun no estaban colgadas o pedestales por encima de los individuos tampoco las imágenes, ni los utensilios hechos por los artesanos, bien sean obras de majestuosidad. Para los griegos la palabra para desiganar al artesano era de vil o labor mecánica o de arte “escribir en griego arte se dice «tekchné» como tampoco existía  concepción de estética, ella era su inmanencia”. “Cuando un efebo es bello como un dios, lo admirable no es su estética, y menos aun el escultor, sino el Olimpo. Hay una epistemología, no una estética griega. Como tampoco hay una estética medieval”.10

Los objetos no eran insignificantes como los innumerables objetos de la cultura occidental moderna, ellos tenían con sus actividades diarias un carácter religioso; la producción y la reproducción estaban ligados a la siembra, la cosecha, la lluvia, la pesca o la sequía, la pubertad, la muerte. Las esculturas griegas arcaicas clásicas no eran arte, en cambio si objetos religiosos utensilios, rituales y el que hacia era un «tekhton» que a su vez era constructor de barcos, carpintero, albañil, herrero, escultor, todo en uno, menos un esteta. Lo estético es lo práctico – utilitario, es decir, trabajo y cotidianidad enlazados con lo religioso: ritos paganos y cristianos, actividades, mejor dicho, de otra manera no hay separación entre la estética y la práctico – utilitario, esto tiene carácter mágico religioso y está en la esfera “inferior” como en Rebelais lo “bajo” terrenal, tierra y cosmos como dice Heidegger “el hombre sé a olvidado del ser” su significado de inmanencia se ha alejado del hombre y a cobrado “otra” trascendencia “pero también es algo distinto al trabajo del artesano o músico medieval precolombino, africano o asiático tradicional ya que esta dimensión subjetiva tiene automonía como algo eminentemente individual”11 al referirse al “arte” moderno.

En los tiempos modernos se enaltece al artista, al genio, a ese “loco” entre comillas que hace majestuosidades.En la antigüedad griega ejerce un oficio servil por naturaleza, indigno de un hombre libre. Plutarco dice: “no hay hombre joven de buena cuna que, habiendo el Zeus de Pisa (o sea, es la estatua criselefentina de Fidias en Olimpo) o la de Hera de Argos, haya deseado convertirse por ello en el Fidias o un Policleto, ni llegar a ser un Anacreonte, un Filomeno o un Arquiloco, porque le gustan sus poemas. Tan sólo en el banquete, Platón los músicos hallan alguna gracia «hombre del arte».12 de ninguna manera se elevaban  a los diseñadores de objetos rituales como en la modernidad desde el renacimiento donde muchos se codearon con las mejores familias y banqueros quienes les sirvieron como mecenas, aun que ese mecenazgo se fue extinguiendo lentamente hasta culminar en el siglo XIX por vocación de muchos artistas de diferente índole...”

El gordo calvo y barrigón de Homero Simpson sin él proponérselo va entrando a este universo de la fama, lo rodea la aureola de los genios. Adquiere importancia y status social, la envidia de Springfield y de su mujer que a la vez le admira. Logra ocultar su calvicie con la bohina como todo un gran artista al cual le sonríen las masas,13 Homero se ha vuelto un “loco genial” esos que se inventó el “arte” moderno.

Sin embargo desde las décadas de pleno siglo XX el arte o mejor la estética ha luchado y sigue su pelea constante con los movimientos vanguardistas con la Bauhaus, reclamando lo utilitario y funcional ligado a la sociedad, ese nexo unión y correspondencia en la arquitectura. Homero es un vanguardista, de alguna manera es un “Marcel Ducham y su «Ready Made» no abarcar más un no mundo, un mundo de artificios con uno más, la “fuente”, la rueda de bicicleta”. ¿Será que este asador manual con sombrilla que apareció accidentalmente es mejor que una estatuilla de una Venus hecha de hueso por el hombre de la prehistórica? Para los exceptivos que reclamaban la defensa del arte por el arte, verían tanto en la una como en a otra dos disparates, aun que las estrategicas venus estarían en el plano de lo “bajo” sólo son simples huellas del pasado mal elaboradas producto de la evolución del género humano; la segunda un simple disparate que no merece ni siquiera mirarte. Homero es un artista del siglo XX. “Nuestro siglo XX se ha caracterizado heredadas del precedente las oposiciones arte popular / arte de elite, Kisch / vanguardia, etc, En palabras de Harol Rosenberg, nuestro siglo ha precedido a la «desdefinición» del arte”.14 Nuestro siglo aclama lo nuevo como salvación, la originalidad, el rechazo  las concepciones pasadas que de el arte se tiene, creencias sobre el arte que se imponen, lo nuevo tira su palada de tierra sobre lo viejo y elimina las creencias de los predecesores, lo que Dubay llamaba la espiral sin fin de la historia. Asador – sombrilla, algo más “se ha reciclado y se ha metido en él, sale toda suerte de incongruencia, exótica o desechos que nuestros predecesores han ido dejando en la cuneta. Subsiste un dogmatismo oculto bajo ese hiperimperialismo, un autoritarismo larvado bajo ese anarquismo visual: la idea de saco. Hoy en día lo puedo coger todo, sea lo que sea: frasco de orina de artista, portabotellas, secador del cabello, cuadro sin nada en él, cuerda con nudos, silla colgada en una pared con una foto de la susodicha silla al lado. Pero aun no tengo derecho a tirar el saco a la basura. Se admite que “todo es arte” pero aun no se admite que el arte no es nada, o sólo una ilusión eficaz”.15

¿Y que decir cuando la obra de arte no es del grado general, no seduce a una crítica que se dice formada en cuestiones artísticas? - ¿aquel “genio loco”, tipo raro, extravagante como un demiurgo mira a hacia los lados y hacia abajo porque no puede mirar hacia arriba, es él? Homero Simpson, la envidia de Springfield ha decaído, su primera manifestación artística, el asador manual con sombrilla fue un éxito que lo llenó de arrogancia y de impacto. Su encargo siguiente le faltó lo que Leonardo Da Vinci llamaba giudizio, un pensar, razonado que él como pintor tenía una visión interior que daba vida a sus creaciones que de por si solas no la tienen, de la misma manera que la práctica sin reflexión puede producir semejanza visuales sin el halito de vida o con aspecto de ella.

Era lo que le faltaba a Homero, sus siguientes obras, precedido de la fama y de las mieles del triunfo sucumbieron. Para el público fue repetitivo, no tenían la suficiente fuerza emotiva. Aparece Nemosine, la que siempre esta sentada sobre la hiedra verde, una de las musas que necesitan los artistas, los poetas, ese angelucho gordito y con alas, Lisa Simpson levanta el animo de su padre y le hace un recorrido histórico sobre el arte de los últimos tiempos que han roto los cánones tradicionales, este arte que aclama lo nuevo y lo “original” pero sobre todo lo que sucede a lo anterior “yo soy mejor que tu porque vengo después de ti”16 es decir, el mismo autor dice que el arte proclamando la rebelión ante un arte burgués, se añora el mesianismo pero se invierte “la anexión de los mundos del arte por la urgencia publicitaria, ha reactivado la superstición de lo nuevo. La esfera de la actualidad, en la que toda «última novedad» descalifica y devalúa antes y después (el periódico de ayer pierde su valor comercial hoy), ha acudido en auxilio del mundo difunto de la utopía social para, sirviéndole de un qui pro quo, rescatar a la modernidad como diferencia y ruptura. Pero ha cambiado de signo. De mesiánica ha pasado a ser mediática, de modo que la idea romántica de vanguardia, hasta hace poco, signo de rebelión y estandarte de maldición, funciona ya en sentido inverso, esto es, como medio de inserción y de promociones sociales”.17

Resumiendo, los movimientos de vanguardia poco proclives a su razón de ver el arte, han perfilados sus armas, a nuevas formas de conceptualización de la realidad: rechazo a la industrialización, rueda de bicicleta, escurridor de botellas, aire de París de Ducham, muy buenas creaciones. Imponen lo nuevo, de ninguna manera se puede pensar lo contrario lo que pasa es que la novedad aporta energía al sistema, con su rechazo y todo de lo malo o bueno que tenga la modernidad, le sirve como información, es un catalizador, en el mismo texto “lo que determina el valor, incluso comercial, de una información en su novedad. Y como dice Arman, hoy «el artista es un informador». Para atraer la atención y atraer la clientela, tiene que constituir un acontecimiento. Y la información se mide por el desvió relativo respecto de la medida. Es con toda exactitud lo contrario de una probabilidad de aparición. Por eso es por lo que las formas más valoradas son hoy en día las más inesperadas, pues al llamar la atención más que las otras se habla más de ellas.18 Simpson debe ser novedoso llamar la atención del público de Springfield, Lisa su musa de inspiración y conceptualización: envolver en Pont – Neuf de París, hechar a rodar una mujer desnuda sobre la tela pintada, un cesped en un museo, por ejemplo el de Louvre, estiercol de caballo en sala de exposición; mostrar sobre los cielos de Alemania el salvajismo de la guerra mundial marcado sobre los monumentos desgarrados por el bombardeo, colocar un campo de trigo delante del Arco del Triunfo, en fin. Recuentos e información de la que se sirve Homero sobre lo último en movimientos vanguardista que de Dubay llama es ante todo hacer buen periodismo en cuanto que se produce el equivalente de una catástrofe ferroviaria”.19 Muchos ciudadanos del mundo observaron por televisión centenares de cuerpos desnudos tirados sobre el césped bien sea en New York o Chile, poco importa, logra llamar la atención, se intenta de alguna manera romper el código moral ¿Será mejor que un hincha furibundo de un equipo de fútbol soccer o americano muestra la inteligencia del árbitro con sus genitales al desnudo?

Inundar Springfield, convertirla en la romántica Venecia, ¡Oh que gran obra! Logró afectar a sus compatriotas, por algún tiempo se unieron el carácter extrasubjetivo y lo práctico funcional, aun que sólo sea una cuestión efímera, gana la aceptación de críticos, del público en general e incluso a artistas de renombre,20 es lo que se nos dice, es que Homero como todo gran artista de los últimos tiempos lucha contracorriente, del sistema moderno y hace parte de su dinámica interna, no por ello desmeritarlo como artista pertenece a un sistema que lo único que puede hacerles es elevarse fuera de este con sus obras estéticas o creaciones de arte; “pero cualquier obra de “arte” – aunque tenga un enfoque de crítica social o exprese explícitamente ideales políticos revolucionarios o en alguna forma contrarios al orden social establecido, tendientes o subvertirlo – siempre hace parte del sistema cultural por el simple hecho de su existencia en calidad de “obra de arte” y en este sentido reafirma este sistema” dice Bambula.

Aun se tiene la idea generalizada de ver a los artistas como “divinos” capaces de convertirse en paisajes oníricos. Daly es bajado del ultramundo con los relojes colgantes, detener  la persistencia de la memoria, Homero le aclama en su ayuda en los instantes de duermevela  y sueño profundo. Imágenes reunidas en un sueño, a lo Freud y su sentido manifiesto que Homero buscará un sentido latente. No tratará de inundar a Springfield con su orina como el niño en la pared, él con Daly son los dos surrealistas del “arte”. El primero por convicción de ser y reparación existencial, el otro un poco de lo mismo, pero más real, aunque su lógica pertenezca a otra razón; es él, el “artista” cotidiano que “tiene” que hacer de su existencia en un mundo que se hunde cada vez más en los laberintos de la “razón”, de un mundo globalizado inmerso en la disciplina y la sospecha de que se es competitivo y que goza de todas las garantías que le brinda el “mundo de la libertad” y de alguna manera alejarse o retirarse de un submundo creado  y recreado por el capitalismo como es lo anormal. Sólo el mundo de la estética y del “arte” deben servir como elementos accesorios a su vida aunque sea en momentos de efervescencia y donde puede escapar momentáneamente de la realidad como el bufón o el comediante que la sociedad “conoce” “por ello la actividad de los artistas suele ser percibida por la sociedad como “caprichosa” y extravajante”.21 Homero deja por momentos con respecto al “arte” su pasividad y tolerancia crítica como la gran mayoría de los ciudadanos pasivos ante lo estético y que lo consideran en el plano de la sinrazón, sólo quimeras que un loco balbucea, o en el peor de los casos un performance realizado en plena vía pública, o en un recinto cerrado que él, sólo entiende porque la estética en la sociedad actual es individualizada, en ocasiones se necesita que persona “extraña” como Homero – artista, vuelvan, una cuestión milenaria y antigua su inmanencia y ubicuidad al pleno siglo XXI el carácter actual de la concepción artística, acción, praxis. Cotidianidad, ejemplo Springfield la Venecia estadounidense.




1 Groening, Matt. Los Simpson’s. “Pinceles con alma”.  Temporada No 2, episodio No 31.
2 Ibíd.
3 Regis, Debray. Vida y muerte de la imagen: historia de la mirada en occidente. Ed. Paídos, España, 1994. Pág. 130.
4  Bámbula Díaz, Juliane. Los estético en la dinámica de las culturas, Ed. Universidad del Valle, Facultad de Humanidades, Bogotá, 1993., 226 p.
5 Lo grotesco tomando por Rebeláis no es de una forma peyorativa como se hace en pleno siglo XIX, el cual adquiere característica de ironía y moralidad.
6 Bajtin Mijail, La cultura popular en la edad media y renacimiento en el contexto de Francois Rebeláis. Ed. Alianza. Madrid, 1998.
7 Ibíd, Pág. 279 – 280.
6 Ibíd., Pág. 281.
9 Groening, Matt. Los Simpson’s. “Homero hereje”. Temporada No 4., episodio No 62.
10 Debra, Regis. Op.Cit. Pág. 145.
11 Bámbula, Juliane.Op.Cit. Pág.. 95.
12 Platón, El Banquete.Ed. Agular, Buenos Aires, 1962.  Pág. 205.
13 Matt Groening. Los Simpson’s “Arte de mamá y papá”. Temporada No 10, Episodio No 222.
14 Dubay. Op.Cit.
15 Ibíd. Dubay. Pág. 128.
16 Ibíd. Pág. 134.
17 Ibíd.
18 Ibíd. Pág. 134.
19 Ibíd. Pág. 135.
20 Matt Groening. Op. Cit. Episodio No 222.
21 Dubay. Op.Cit. Pág. 117.

”Impresión”..". Autor: MacGroning ”Homero Van Gogh”..". Autor: MacGroning.